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Hipocondría, preocupación y miedo a enfermar alertas sanitarias

Hipocondría, preocupación y miedo a enfermar alertas sanitarias

La situación de alerta socio sanitaria que se está viviendo actualmente en todo el mundo, ha provocado un incremento general en la preocupación de la salud de uno mismo.

Tanta es la preocupación y el miedo que está teniendo la población estos días de no contagiarse con el Coronavirus, que hasta algunos de ellos han llegado a desarrollar un Trastorno de ansiedad por enfermedad.

Este trastorno (antes conocido como hipocondría) se caracteriza por la preocupación, el miedo o la convicción que tiene un individuo de padecer una enfermedad grave, derivada de la interpretación personal de diferentes síntomas somáticos y que acaba generando en la persona cierto malestar en diferentes áreas importantes de su actividad diaria.

No obstante, el Trastorno de ansiedad por enfermedad también se distingue por los siguientes aspectos:

Aspectos cognitivos en la Ansiedad

  • Rumiaciones sobre síntomas, salud y enfermedades y sus posibles consecuencias.
  • Autoobservación excesiva del cuerpo y tendencia a ver los posibles cambios como señal de enfermedad.

La Ansiedad y los aspectos emocionales y fisiológicos

  • Cambios constantes en el estado de ánimo.
  • Ansiedad.
  • Temores que no se corresponden con el peligro real.

Aspectos conductuales en el Trastorno de Ansiedad

  • Conversaciones con cualquier persona acerca de las dolencias y los síntomas.
  • Consulta de información en diferentes fuentes (libros, manuales, enciclopedias, internet…).
  • Autoobservaciones del cuerpo constantes y comprobaciones varias.
  • Repetidas visitas a médicos y/o especialistas.

Con todo ello, se observa que la persona que sufre un trastorno de ansiedad por enfermedad suele centrar su vida en los aspectos negativos, especialmente en los que a salud se refieren. De este modo, la persona está creando una serie de emociones negativas que le acaban generando en mayor o menor medida algunos síntomas físicos.

Factores que predisponen la Ansiedad

Asimismo, también se debe tener en cuenta que existen ciertos factores que predisponen a una persona a sufrir un Trastorno de ansiedad por enfermedad. Entre ellos se encuentran:

  • Experiencias previas tales como el conocimiento de errores médicos, la presencia de familiares enfermos o factores de aprendizaje como hablar sobre ciertas enfermedades y las reacciones ante ellas.
  • Creencias erróneas sobre los síntomas, la salud y la enfermedad.
  • Atención selectiva a los aspectos negativos, dejando de lado los aspectos más saludables de uno mismo, para así autoconfirmarse los síntomas.
  • Estado de ánimo negativo vulnerable derivado de la presencia de un incidente crítico externo (información continuada, enfermedad o muerte de un familiar…).
  • Rasgos de personalidad basados en el perfeccionismo, la autoexigencia, el control, la baja tolerancia al error, el pensamiento dicotómico, la necesidad excesiva de aprobación o los altos niveles de expectativas respecto a la vida.

Trastorno de ansiedad por enfermedad

En estos casos, cuando una persona posee un Trastorno de ansiedad por enfermedad, el tratamiento psicológico debe centrarse no sólo en las preocupaciones que la persona posee en el ámbito de la salud personal, sino que también se deben trabajar las emociones y las conductas que estas preocupaciones llevan asociadas.

Para ello, una de las terapias más usadas por los psicólogos en estos casos es la Terapia de Aceptación y Compromiso, la cual se centra en cambiar la forma en la que las personas se relacionan con su experiencia, sin cambiar el contenido de la misma.

Así pues, el modelo básico de intervención ante la ansiedad se basará en:

  • Aprender a desprenderse de reglas inevitables.
  • Aceptar lo que no se puede cambiar.
  • Aprender a vivir en presente.
  • Aprender a prestar atención a aquello que es importante para el propio paciente.
  • Entrar en contacto con el yo.
  • Aprender, desde el yo, a clarificar y elegir valores vitales.
  • Ser capaz de organizar actos y acciones entorno a los valores vitales de la persona.
  • Someter los procesos cognitivos y verbales a un mayor control del contexto y las consecuencias favorables del comportamiento.
  • Aprender a estar en presente y orientado hacia aquello que resulta valioso para la vida de esa persona.

10 claves para combatir la Hipocondría

Finalmente, también será importante que la persona tenga en cuenta estas 10 claves propuestas por Mathews, Gelder y Johnston para afrontar la hipocondría:

  1. Las sensaciones corporales que se experimentan en momentos de agobio constituyen las reacciones del estrés en su forma más exagerada.
  2. Estas sensaciones no son para nada perjudiciales ni peligrosas, sino que se trata de algo desagradable y que el cuero está preparado para experimentar estrés en miles de ocasiones.
  3. Se trata solo de emociones, que como tales, se pasarán. De modo que, no vale la pena seguir teniendo pensamientos reincidentes sobre lo que está pasando.
  4. La atención debe centrarse en el aquí y el ahora, y no en lo que puede suceder en un futuro.
  5. Con el tiempo, el miedo se irá poco a poco. No se debe luchar contra él y forzarse para que desaparezca rápidamente.
  6. Los pensamientos atemorizantes hacen que el miedo crezca.
  7. El objetivo de la intervención es aprender a afrontar el miedo sin evitarlo, de modo que cada ataque, debe convertirse en una oportunidad para seguir avanzando.
  8. Pese a todas las dificultades, los avances son considerables por lo que en un futuro podrás superarlo nuevamente.
  9. Al empezarse a sentirse mejor, se puede empezar a planear que se va a hacer después: leer, quedar con un amigo, ir al cine, cocinar…
  10. Al retomar la actividad anterior, se debe hacer de forma relajada y siendo consciente de lo que ha pasado. Analizar lo que ha sucedido, ayudará para próximas ocasiones.

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Acerca del autor:

ISEP
40 años acompañando en el crecimiento profesional en psicología, educación, logopedia y neurociencias.

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