Blog de ISEP

Intervención psicológica en el paciente con cáncer de mama: una necesidad a voces

Intervención psicológica en el paciente con cáncer de mama: una necesidad a voces

Hoy es el Día Mundial contra el Cáncer de Mama, una enfermedad que cada vez cobra más vidas. Este tipo de neoplasia es el principal diagnostico de cáncer en mujeres, superando por ejemplo, el diagnóstico de cáncer de pulmón. En España, se estima que al finalizar el año 2022 se tendrá una cifra total de 34.750 diagnósticos nuevos, un dato realmente alarmante.

Antes de adentrarnos en lo que nos compete -el acompañamiento e intervención desde la psicología a los pacientes con diagnóstico de cáncer de mama y sus familias-, debemos conocer un poco mas a fondo sobre esta patología.

El cáncer de mama es la proliferación anormal y maligna de las células mamarias. Esta afección muestra un mejor pronostico cuando se diagnostica en etapas iniciales, cuando aún no se han experimentado los primeros síntomas. En etapas iniciales, la probabilidad de cura para el cáncer de mama suele ser del 100%. Una detección a tiempo es fundamental. El diagnóstico más acertado se realiza por medio de la mamografía, una técnica de detección que logra identificar anomalías precoces y que, hoy en día, es la más eficaz, ya que puede detectar el 90% de los tumores. De aquí surge la importancia de realizar revisiones y controles mamográficos con la rigurosidad temporal que requiera el ginecólogo.

El diagnóstico, un cambio de vida inminente

Recibir un diagnóstico de cáncer de mama, según refiere la APA (American Psychological Association-Asociación Americana de Psicología), es uno de los momentos más angustiantes que puede experimentar una mujer. De hecho, tras el diagnóstico, la angustia se mantiene y suele generar dificultades ansiosas y afectivas que necesitan una intervención adecuada.

Cuando una persona recibe un diagnostico de tal magnitud, empieza a comprender que tanto ella, como su familia, se deberán enfrentar a largos tratamientos que acarrearán gran desgaste emocional y físico. El cambio de vida es inminente. Lo que hasta el momento era importante, deja de serlo inmediatamente: hay grandes modificaciones laborales y en general, la vida se detiene, para estar en el aquí y ahora, atendiendo lo inmediato.

Todos estos factores pueden conllevar que la persona evidencie empeoramiento de su calidad de vida, estrés crónico, ansiedad y/o depresión. Y es aquí, donde la preocupación, las emociones negativas y los pensamientos sobrevenidos del diagnóstico de cáncer de mama, pueden entorpecer el correcto tratamiento del paciente; pues en muchos casos, se evidencia negación a recibir la intervención quirúrgica o los demás tratamientos que pueden ayudar a la remisión del tumor y la pronta recuperación. También se puede evidenciar perjuicio en el bienestar psicológico y físico, muchas pacientes pierden los hábitos saludables, dejan de alimentarse adecuadamente, dejan el ejercicio y/o presentan insomnio, etc.

Es de suma importancia que exista un acompañamiento psicológico desde el primer contacto con el diagnostico, así como una psicoeducación de calidad sobre la patología y, paso a paso, la paciente pueda ir elaborando cada emoción, sensación y pensamiento generados por la eventualidad.

Tratamiento: un abordaje integral

Una adecuada intervención y recuperación emocional, es fundamental para la rehabilitación integral del paciente con cáncer de mama y en muchos casos puede tomar más tiempo que la recuperación física. La intervención psicológica puede ayudar a llevar los tratamientos médicos dolorosos, los cambios físicos, los pensamientos de desesperanza y el cambio en el estilo de vida que implica afrontar esta etapa, ya no solo con el paciente, también con los familiares y cuidadores, desarrollando así, un abordaje integral de la situación.

La APA recomienda que el tratamiento se realice a nivel grupal e individual con el paciente, centrados en la gestión emocional, modificación de patrones conductuales, el manejo del estrés y resolución de conflictos, así como la aceptación del diagnóstico y del cambio de vida que la enfermedad trae consigo.

Entendiendo la necesidad de una correcta y pronta intervención psicológica en esta patología, la psicooncología como especialidad, es una rama estratégica en los servicios de oncología a nivel mundial. Ejercida por psicólogos y psiquiatras que buscan la prevención, el diagnóstico precoz, la evaluación de las necesidades psicosociales de los pacientes, la intervención en psicopatologías sobrevenidas de la enfermedad y una adecuada rehabilitación psicológica y social después de la remisión del tumor. También se encarga de desarrollar la intervención con los familiares y cuidadores.

El “después”

Sin lugar a duda, la intervención psicológica es fundamental en los pacientes con cáncer de mama. Hemos hablado de la intervención desde sus inicios y diagnóstico, luego de la necesidad del acompañamiento e intervención durante el proceso de tratamiento, sin embargo, se nos quedan muchas cosas en el tintero en este breve artículo. Aun así, no quiero terminar sin mencionar la importancia del “después”: cuando todo el proceso de intervención física ha acabado, se inician otras dificultades que también requieren acompañamiento. Cuando el sobrevivir es una fuente de angustia, aparece la necesidad de intervención psicológica por estrés postraumático en los supervivientes del cáncer.

El trabajo del psicólogo no acaba cuando el tumor ha remitido, sino que trasciende esa etapa y se inicia una nueva, en la que la intervención se deberá centrar en los pensamientos intrusivos y la re-experimentación del evento traumático por medio de sueños o pensamientos recurrentes en la enfermedad. También se evidencian síntomas como embotamiento emocional, hiperactivación fisiológica, ansiedad, depresión, dificultades para mejorar su calidad de vida y la necesidad de crear una nueva autoimagen. En este sentido, es de recalcar el significado que el área mamaria tiene sobre el auto concepto femenino, lo cual empeora los signos de desesperanza y las afectaciones emocionales residuales.

A nivel de intervención, la evidencia científica se inclina por las terapias de corte cognitivo conductual y mindfulness. Sin embargo, es necesario un mayor abordaje investigativo con ensayos rigurosos para establecer la eficacia de estas intervenciones.

Finalmente, este pequeño esbozo pretendía dar una visión más globalizada de una verdad a voces, que necesita ser escuchada. Son muchas las mujeres que enfrentan este diagnóstico sin ningún tipo de acompañamiento, sin la posibilidad de un diálogo sanador y sin las estrategias mínimas para restructurar una vida que se ha visto impactada por un evento traumático.

 

Si estás interesado en desarrollarte profesionalmente en este campo, no dudes en consultar nuestro Máster en Psicooncología y Cuidados Paliativos. 

Avatar de Vanessa Bedoya Restrepo

Acerca del autor:

Vanessa Bedoya Restrepo
Antigua alumna del Máster en Neuropsicología Clínica de ISEP. Psicóloga y neuropsicóloga clínica especializada en evaluación, estimulación y rehabilitación en niños y adultos. Experta en Altas Capacidades y desarrollo del talento humano. Colaboradora con la producción de material de estudio del Posgrado en Neuropsicología de ISEP.

Ver todas las entradas por Vanessa Bedoya Restrepo

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *