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El suicidio en España, prevención y sensibilización

El suicidio en España, prevención y sensibilización

Cada suicidio es una realidad trágica y pone de relieve la necesidad de campañas de prevención y sensibilización. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS),  en el mundo se suicidan más de 800.000 personas al año. Sin embargo, las cifras se vuelven más aterradoras al indicar los indicios estadísticos que se ocultan tras este dato: por cada adulto que se suicida, más de otros 20 intentan hacerlo.

Con más de 3.500 fallecimientos por año, en España el suicidio se ha convertido en la primera causa de muerte no natural. Esto se traduce en que, por término medio, cada día en nuestro país se quitan la vida más de 10 personas. Esas cifras son, en la práctica, bastante mayores. Muchos de los casos de suicidio se registran como otro tipo de muerte, ya que sólo suelen considerarse como tal los ahorcamientos.

No obstante, a diferencia de lo que ocurre con los accidentes, por parte de la sociedad no se percibe una reacción hacia el suicidio. Esto es, posiblemente, debido a que el conocimiento no se ha divulgado convenientemente y de forma objetiva.

 

Por término medio, cada día en España se quitan la vida más de 10 personas

Lamentablemente, el suicidio no suele priorizarse como un importante problema de salud pública. El tabú y los diversos mitos que acompañan a la conducta suicida han supuesto -y continúan haciéndolo- una importante barrera para su prevención. El suicidio paraliza el latido de las personas que escuchan su nombre y quizás sea esta la razón del mutismo que genera.

La pandemia mundial que vivimos hasta prácticamente la actualidad ha cambiado la forma de ver y hacer las cosas, y los jóvenes se han llevado unas de las peores partes. Los porqués se entienden cuando se contextualiza un aspecto muy concreto: éstos, en una edad clave para fortalecer sus relaciones sociales, han vivido un largo tiempo sin interacción social. ¿Qué supone esto? Según los datos clínicos, una grave afección en relación a la salud mental.

Así pues, el problema es claro: la prevención completa del suicidio en los entornos educativos debe contemplar la estimulación de un clima protector, un amplio programa de prevención de problemas de salud mental y la realización, sensibilización y educación. Además, es básico conseguir detectar estudiantes en riesgo, la generación de protocolos para el manejo y acciones posteriores a la ayuda y una coordinación funcional y práctica con la red de salud para apoyar a los estudiantes y sus entornos más cercanos.

 

La prevención completa del suicidio en los entornos educativos debe contemplar un amplio programa de prevención y sensibilización 

Para revertir esta situación es necesario planificar medidas preventivas dirigidas a personas con factores de riesgo, con antecedentes de intentos anteriores y trastornos de salud mental. Es necesario, también, realizar una labor preventiva para grupos de personas vulnerables, pues el suicidio es más frecuente en personas con un estatus y un capital sociocultural más bajo, con escasos ingresos económicos y en situación de desempleo. Y, en tercer lugar, se deben diseñar actuaciones para llegar a toda la población con el objetivo de fortalecer el bienestar emocional.

Cuerpos y fuerzas de seguridad, bomberos, profesionales sociosanitarios y de servicios sociales, docentes, periodistas, familiares, etc., son muchos de los grupos que deben participar en estas iniciativas de sensibilización y concienciación para poder ayudar a reconocer las señales de alarma, dialogar, ganar tiempo y acceder a la atención profesional.

 

El suicidio es más frecuente en personas con un estatus y un capital sociocultural más bajo, con escasos ingresos económicos y en situación de desempleo

Por último, es crucial el deber facilitar información científica que pueda desterrar los mitos que persisten sobre el suicidio, como la siguiente:

 

  • La realidad es que, de cada esas 10 personas que se suicidan, nueve de ellas expresaron claramente sus propósitos.
  • Los intentos anteriores son un factor de riesgo muy importante.
  • El suicidio es multicasual.
  • Está demostrado que hablar sobre el suicidio de forma adecuada, facilita la superación de las ideas suicidas.
  • La persona no quiere morir y mucho menos matarse; lo que quiere realmente es dejar de sufrir.

Como profesional y como psicóloga de emergencias, aún recuerdo mi primera intervención en un suicidio. Sin embargo, aún me quedaba mucho por aprender, pues luego vino la segunda intervención, la tercera y, más tarde, llegué a perder la cuenta. Las ideas suicidas se combaten y se hacen luchando en contra del estigma y a través de la concienciación, la visibilización y la sensibilización.

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