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Entendiendo la depresión: Parte 1

Presentamos la primera parte de un total de tres del amplio artículo sobre la depresión realizado por la alumni de ISEP Ana María Ospina. El Trabajo Final de Máster de la alumni sobre esta temática se puede consultar y descargar gratuitamente aquí: TFM -Entendiendo la depresión: una revisión de los aspectos más importantes. En esta primera parte, la autora realiza un acercamiento terminológico a la depresión, sus diferencias con la tristeza y su clasificación y síntomas en función de la edad y el género.

¿Qué es la depresión?

Es una de las enfermedades más frecuentes en el mundo, afectando a una gran cantidad de personas anualmente, siendo más frecuente en mujeres que en hombre en una proporción de 2 a 1, al igual que se presenta con mayor frecuencia en las zonas más pobladas del mundo. Se estima que, en el futuro, el 20% de la población sufrirá esta enfermedad.

Igualmente, la consecuencia más importante y más grave que causa la depresión es el suicidio, sea consumado o no, siendo considerado como un problema grave de salud en sí mismo.

Se entiende por depresión como un trastorno del estado de ánimo que puede ser transitorio (episodio) o permanente (crónico), que se caracteriza por sentimientos de abatimiento, infelicidad, culpa, desesperanza, desmotivación, tristeza profunda o incapacidad para sentir placer, entre otros. Produce una disminución de la funcionalidad de la persona en todos los ámbitos vitales.

Diferencias entre tristeza y depresión

Es importante distinguir tristeza común de depresión. La diferencia se basa en que la tristeza tiene una emoción básica y normal, que aparece como respuesta ante la perdida y/o decepción, mientras que la depresión es una reacción secundaria, tiene menor intensidad y duración que la depresión, en la tristeza no se evidencia la triada cognitiva (visión de sí mismo, del mundo y del futuro de forma negativa) como si ocurre en la depresión, la tristeza no se acompaña de otros síntomas de diferente índole, como si pasa con la depresión y finalmente la tristeza cumple una función adaptativa, mientras que la depresión cumple una función desadaptativa. En este sentido es que es erróneo usar el término “depresión o depresivo”, cuando en realidad lo que se siente es tristeza.

En la depresión se pueden encontrar síntomas activos o del estado del ánimo, síntomas motivacionales, síntomas cognitivos, síntomas conductuales y síntomas fisiológicos o corporales.

Clasificación y signos de la depresión

Existen muchos tipos de clasificación de la depresión como: la depresión unipolar vs a depresión bipolar, la depresión primaria vs la depresión secundaria, la depresión exógena vs endógena, de acuerdo con la intensidad (leve, moderada, grave), entre otros.

Existe además un tipo de depresión que se presenta con síntomas atípicos, entre los cuales destacan: la hipersensibilidad, la hipersomnia, cansancio extremo, el aumento del apetito, ansiedad, problemas en las relaciones personales, sensación de tristeza y estado de resentimiento.

También hay unos signos que indican la presencia de esta enfermedad como: falta de higiene, sensación de culpa excesiva, irritabilidad, hábitos de trabajo excesivos, comportamiento adictivo en internet, sensación de vacío y entumecimiento, aumento o pérdida de peso, dolor crónico, falta de atención y caídas o torpeza.

Cabe decir que las manifestaciones de esta enfermedad varían de acuerdo con la edad y al sexo, habiendo diferencias. En las mujeres predominan mayormente los síntomas emocionales, mientras que en los hombres y en los adultos mayores predominan las quejas somáticas y en los niños y adolescentes, las manifestaciones clínicas son menos específicas y es más difícil de identificar la depresión, puesto que esta enmascarada.

La depresión en niños

La depresión infantil tiene una presentación polimorfa y se puede enmascarar con otros trastornos o cuadros característicos de esta población, como la irritabilidad, que es el principal síntoma de la depresión infantil. Las manifestaciones sintomáticas en la población infantil están marcadas por la edad del niño y pueden agruparse de acuerdo con el desarrollo evolutivo del mismo. La depresión infantil no está caracterizada principalmente por la manifestación de un estado de ánimo alterado, sino por alteraciones conductuales, retraso del desarrollo psicomotor, disminución del rendimiento escolar, síntomas somáticos, que varía de acuerdo con la edad del menor.

La depresión en mujeres

Esta enfermedad es más común en mujeres que en hombres debido a factores biológicos, hormonales (especialmente) y psicosociales. Se dice que se debe a factores hormonales, porque las hormonas afectan directamente las sustancias químicas del cerebro que regulan las emociones y los estados de ánimo. De ahí el por qué pueden desarrollar esta enfermedad después de dar a luz, con el síndrome premenstrual, con la menopausia, etc.

En cuanto a los factores psicosociales, se encuentra el estrés por las responsabilidades del hogar (como el cuidado de los hijos, padres ancianos, presencia de maltrato), por el estrés adicional del trabajo, condiciones de pobreza, etc. Como se dijo anteriormente, las mujeres tienden a admitir sentimientos de tristeza, inutilidad o culpa excesiva, a diferencia de los hombres.

La depresión en hombres

En los hombres,  esta enfermedad se experimenta de forma diferente que en las mujeres e incluso se enfrentan los síntomas de forma diferente. Tienden a reconocer en mayor medida la fatiga, irritabilidad, la pérdida del interés en las actividades antes placenteras y suelen tener el sueño alterado. También tienen una mayor probabilidad de recurrir al alcohol o a las drogas cuando están deprimidos, frustrados, desalentados, irritados o enojados. Algunos llegan a enviciarse al trabajo para evitar hablar de sus sentimientos depresivos con familia y amigos y otros pueden mostrar comportamiento imprudente.  En los hombres existe un problema de subdiagnosticación, que vienen dado a la idea cultural de que los hombres deben esconder sus sentimientos y no está bien visto que lloren o se expresen, dificultando de esta forma la detección y el diagnóstico de la enfermedad en ellos. Además, lo usual es que lo hombres sean incapaces de identificar sus propias emociones, de expresarlas con palabras, de manera que solo expresan los síntomas físicos de su malestar (de esta forma, la alteración del estado del ánimo no se está haciendo explícito a través de los típicos síntomas psíquicos, sino solo a través de las alteraciones fisiológicas). El predominio de una depresión somatizada se produce en personas que tienden a la negación, a la hiperactividad y al control del entorno. Algunos pueden ocultar esta enfermedad tras la violencia, el consumo de drogas y la adicción al trabajo. de ahí que se hable de la depresión masculina como una depresión enmascarada.

La depresión en personas mayores

Esta enfermedad en adultos mayores tiene una menor asociación con las mujeres, invirtiéndose la proporción en los muy ancianos y se encuentra fuertemente asociado a la presencia de acontecimientos vitales recientes adversos o inesperados y a los problemas de salud, lo que influye en la funcionalidad del adulto mayor. Esta enfermedad no es normal en el envejecimiento, de hecho, la mayoría de ancianos se sienten satisfechos con sus vidas a pesar del aumento de dolores físicos, pero cuando la depresión se presenta en esta población, puede pasar desapercibida al mostrar menos síntomas evidentes o porque son menos propensos a reconocer sentimientos de tristeza o pena.

La depresión se trata ampliamente en diversos Másters de ISEP, destacando especialmente el Máster en Psicología Clínica y de la Salud. Si te interesa el tema, ¡no dudes en pedir más información!

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Ana María Ospina

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