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Las IAA en la atención biopsicosocial

Las IAA en la atención biopsicosocial

El Programa Cubil, dirigido a adolescentes con bloqueos emocionales, lleva casi diez años funcionando y cada año me llevo metodologías y aspectos nuevos, que comparto en las clases del Máster de Terapia Asistida con Animales.

Tras veinte años de educador, en los que he tenido la suerte de compartir el camino de muchísima gente, quisiera agradecer a ISEP que me ofrezcan la oportunidad de escribir en el blog sobre las intervenciones asistidas con perros, en concreto con colectivos con dificultades sociales.

La IAA como ayuda al educador

Trabajar con perros me dio respuesta a múltiples dificultades que me encontraba en mi trabajo como educador: dejé de pelearme con los jóvenes y de crear relaciones de poder y empecé a generar espacios de verdad de confianza y participación, donde la implicación de perros en el proceso permitía atender la individualidad de verdad. Conseguí llegar a las causas, en vez de tapar las consecuencias, y acercarme con permiso a las miserias de cada persona y acompañar el proceso de generar un nuevo modelo de vida. Quizás, no hay regalo más maravilloso.

Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ningún día de tu vida, decía Confucio, y desde ahí trabajo yo, disfrutando cada día, aprendiendo de las personas con las que trabajo y de los animales que participan en las sesiones, compartiendo con otros profesionales y una realidad que permite trabajar de manera más fácil, menos invasiva y más personal.

Y de eso va el artículo, de compartir todas aquellas realidades que conlleva el hecho de introducir un animal en nuestras intervenciones, ya sea en terapia, educación o actividades, nos permiten mejorar nuestra intervención. De todos estos años de trabajo, nuestras conclusiones basadas en la evaluación de cada sesión y programa, es que hay mejoras evidentes.

Ventajas de la intervención asistida con animales (IAA)

Los beneficios de contar con este tipo de intervenciones son muchas y muy variadas, a continuación os escribo las más destacadas:

  • Mayor motivación a las sesiones.
  • Mucha diversión.
  • Mejor relación entre educador y destinatarios, vínculo más fuerte y rápido en consolidarse.
  • Naturalización de los espacios.
  • Catalizador emocional.
  • Grandes dosis de espontaneidad sin romper lo programado.
  • Aumento del clima de distensión y confianza.
  • Aumento de interrelación y cooperación entre los participantes de los grupos.
  • Apoyo emocional en los momentos de vulnerabilidad.
  • Abrir nuevas posibilidades de conversación: poner en palabras a través del perro.
  • Mayor rapidez en consecución de objetivos y solidez de los mismos.
  • Apoyo emocional permanente en las personas que acuden con su perro
  • Asunción de responsabilidades de manera más divertida.
  • No aplicable a todas las personas, en aquellas que no vinculan con el perro la relación educativa no se perjudica y sigue el curso normal.
  • Mejora de la convivencia.
  • Menor número de conflictos y mayor número de intervenciones educativas.
  • Aumento de redes sociales y mejora en las relaciones con las mismas.
  • Procesos educativos más rápidos que permiten la incorporación a recursos normalizados con mayor brevedad.
  • Atención individualizada, no competición por la atención.
  • Mejor visión externa e interna de participar en recursos de atención biopsicosocial.

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Javier Vallejo

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