Lo que no sabemos de la Psicología Clínica

En esta ocasión contamos con la colaboración de nuestra ex-alumna del máster en psicología clínica y de la salud Rebeca Jorge, que nos aporta un enfoque profesional y muy personal de la Psicología Clínica. Si quieres compartir tus conocimientos y experiencias en el sector de la psicología, ¡contacta con nosotros!.

Os dejamos con la experiencia profesional de Rebeca.

¿En qué ocasiones debo ir al psicólogo? ¿Tan grave es mi problema? ¿Cómo sé si es el profesional idóneo para lo que me ocurre? Me da algo de vergüenza contarle a un extraño mis problemas…

Estas son algunas de las muchísimas preguntas que se hace la gente cuando nota que un problema interfiere en su vida y necesita ayuda. Y no resulta extraño, hoy en día existe una gran falta de información acerca de la función del psicólogo.

Cada uno de ellos sigue una orientación, una línea base de la que parten sus tratamientos. A diferencia de la medicina, que trata el cuerpo, cuya anatomía es igual en todas las personas, la psicología trabaja la mente, algo tan controvertido y difícil de estudiar que se tiene que abordar desde distintas perspectivas.

Una de ellas es la psicología clínica. Se trata de la parte “empírica” o científica de la psicología. Se centra en múltiples áreas, pero sobre todo en lo que le ocurre a la persona aquí y ahora, y en sus pensamientos y conductas. Para desmentir un poco ese mito de “magia” que envuelve siempre a la psicología, podemos decir que esta se basa en utilizar herramientas y técnicas que, a través de experimentos controlados, demuestran su eficacia para tratar ciertos trastornos. Cabe decir que todo ello se fundamenta sobre teorías y datos cuantificables y medibles, obtenidos a través de herramientas, estadísticas y tests psicométricos. Por eso la psicología clínica no es magia, y se encuentra catalogada dentro de la rama de ciencias de la salud.

Esto no significa que otras terapias no sean válidas. A una persona le pueden funcionar otras técnicas y formas de trabajar, por eso el ideal siempre es que un psicólogo acoja la mayor cantidad de orientaciones posibles con el fin de poder utilizar unas u otras dependiendo de la demanda del paciente.

Es difícil hoy en día saber a qué psicólogo acudir, quién es el mejor para tratar un problema. Sin embargo, lo único que está claro es que el problema va a seguir ahí afectando a múltiples áreas de nuestra vida si ni siquiera intentamos ponerle una solución.

Si quereis conocer más acerca de Rebeca Jorge, podeis encontrarla en su blog.