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Traqueostomía en el paciente con daño cerebral adquirido

Traqueostomía en el paciente con daño cerebral adquirido

En esta ocasión, Rosario González, alumna del Máster en Neurorehabiltación de ISEP nos habla sobre la Traqueostomía en un caso de un paciente con daño cerebral adquirido.

¿Qué es la traqueostomía?

Una traqueostomía se define como un proceso quirúrgico mediante el cual se realiza un orificio en la pared anterior de la tráquea para establecer una vía aérea segura.

¿Cuándo es conveniente realizar una traqueostomía?

Existen diversas indicaciones para realizar una traqueostomía, entre ellas:

  • Anomalías congénitas (por ejemplo, hipoplasia laríngea).
  • Traumatismos cervicales y/o faciales graves.
  • Manejo inadecuado de secreciones respiratorias (tos débil e insuficiente).
  • Ventilación mecánica prolongada.

Traqueostomía en pacientes con daño cerebral adquirido

En pacientes con daño cerebral adquirido (DCA) nos podemos encontrar con una traqueostomía producto de la misma lesión o como medida para favorecer el weaning o destete de la ventilación mecánica, debido a que, al ingresar el aire directamente en la tráquea no existe flujo en las vías aéreas superiores (las cuales ofrecen aproximadamente un 80% de resistencia al paso del aire) por lo que el paciente necesitará un menor soporte ventilatorio.

Inconvenientes de una traqueostomía

La presencia de una cánula de traqueostomía supone la entrada de aire directo a la tráquea, es decir, no considera ningún mecanismo de humidificación ni calefacción del aire como los que presentamos en los cilios de la nariz. Esto generalmente produce la aparición de secreciones, muchas veces excesivas y por ende mayor predisposición a infecciones respiratorias. Además, la propia presencia de la cánula es reconocida como un cuerpo extraño, lo que también desencadena un patrón hipersecretor.

Muchas veces los pacientes con daño cerebral adquirido pueden sufrir un trastorno de la deglución como secuela de la lesión. Cuando existe una traqueostomía algunas estructuras, como el hueso hioides, pueden sufrir restricciones en sus movimientos o desplazamientos, dificultando o potenciando aun más el trastorno deglutorio. A esto debe sumarse el factor nombrado anteriormente, el patrón hipersecretor; si existe un trastorno deglutorio en presencia de una producción excesiva de secreciones, la probabilidad de presentar infecciones respiratorias aumenta considerablemente al no existir una correcta protección de la vía aérea.

Entre la cánula y las paredes de la tráquea queda un espacio que se debe mantener sellado mientras el paciente no sea capaz de proteger su vía respiratoria. Este cierre se logra gracias a un balón que rodea a la cánula y que se infla por un piloto externo al sistema con presiones entre 20-25cmH20 para no dañar la mucosa traqueal. Este cierre hermético impide que el paciente pueda comunicarse de forma verbal porque no existe un flujo de aire hacia las cuerdas vocales.

Todo lo nombrado genera un impacto psicológico importante producto de ansiedad, el temor y la dependencia de terceros, culminando muchas veces en un trastorno depresivo.

La intervención multidisciplinaria en la traqueostomía

El equipo de salud debe velar por minimizar las complicaciones asociadas al uso de traqueostomía y, dentro de lo posible, favorecer y lograr que ésta pueda ser extraída.
En presencia de un patrón hipersecretor, es de vital importancia que el paciente reciba fisioterapia respiratoria, donde se permeabilice la vía aérea y se entrene la musculatura involucrada en los procesos de respiración y tos.
En un trastorno de la deglución es fundamental la participación de un logopeda, quienes mediante entrenamiento cognitivo y muscular, buscan normalizar o recuperar las etapas pertenecientes a este proceso.
Para lograr la fonación del usuario, se necesita la participación de ambos profesionales, por un lado se debe tener seguridad de que el paciente podrá permeabilizar su vía aérea cuando el balón sea desinflado y, por otra, parte son necesarias las intervenciones de los logopedas para lograr un correcto proceso fonatorio y comunicación verbal.
Evidentemente si aparecen síntomas relacionados con ansiedad, temor excesivo o depresión, todos los profesionales deben ser capaces de notarlos pero quienes debiesen intervenir son los psicólogos.
El médico que generalmente se encarga de la traqueostomía del paciente es el otorrino, quien realiza los procesos invasivos cuando son necesarios y decide, gracias a la información de los demás profesionales, si es o no correcto retirar la cánula y en qué momento.
Todo lo anterior es una parte del proceso de neurorehabilitación donde los profesionales nombrados, junto con terapeutas ocupacionales y el médico rehabilitador, buscan lograr la máxima funcionalidad en el paciente afectado.

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Acerca del autor:

Rosario González
Alumna del Máster en Neurorehabilitación de ISEP. Graduada en Kinesiología por la Universidad Mayor de Santiago de Chile. De 2017 a 2018 trabajó en el Hospital Clínico de la Universidad Católica, en Santiago de Chile, con pacientes hospitalizados de diversa complejidad, orientando los últimos 6 meses a ver usuarios de patología neurológica casi exclusivamente.

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